Mi abuela fue una de aquellas mozas que hacían queso en las cocinas de las casas, y aquellos quesos de entonces, en su inmensa mayoría sólo se elaboraban con leche de cabra y de oveja.
La Quesería donde se elabora este queso único de El Cabriteru está a las afueras de Las Arenas. En una villa de 900 habitantes del Concejo asturiano de Cabrales, puerta principal de acceso a los Picos de Europa, un territorio muy conocido tanto por su turismo de montaña y aventura, y por su rica gastronomía, su ganadería y sus pintorescos paisajes de ensueño.
La elaboración del Queso El Cabriteru se remonta siglos atrás.
Centrándonos en las tradiciones y costumbres queseras del concejo y remontándonos casi un siglo atrás, nos encontramos con que la economía de muchos pueblos de Cabrales y su entorno era casi de subsistencia.
Por aquel entonces, la cabaña ganadera predominante era de ovejas y cabras. El terreno escarpado les era propicio y, además, eran tiempos en los que no todos podían permitirse tener vacas, cuya compra y mantenimiento suponían una inversión cuantiosa.
La leche utilizada para la elaboración de los queso azules de El Cabriteru procede exclusivamente de nuestra ganadería de ovejas y cabras.
El ciclo productivo de la leche no puede pararse. El trabajo en la granja debe ser constante. Hay mucha tarea por delante.
Antes de las siete de la mañana ya están encendidas las luces de la sala de ordeño. Tras ordeñar, hay que atender y dar de comer al ganado. Esta es una tarea que se repite mañana y tarde. Elaboramos nuestro queso por la mañana, después del primer ordeño.
Así es como lo hacemos. Todos los días de la semana, los 365 días del año.
Ésta fue la línea de elaboración tradicional que decidimos seguir en la Quesería artesanal El Cabriteru.
Utilizando exclusivamente leche cruda de oveja y cabra para elaborar nuestros quesos, innovamos y aumentamos la diversidad quesera de la zona. Y es precisamente esta recuperación de la antigua elaboración con la que logramos diferenciarnos y concebir un queso de autor único, inigualable y fácilmente distinguible.
Como resultado, obtenemos un queso azul cuyos matices de aromas te llevarán de golpe a la montaña asturiana y te traerán a la memoria aquel auténtico sabor de antaño.
Tras el esfuerzo y especial cuidado del proceso de obtención de la leche y su transformación conseguimos tres variedades de nuestro particular queso azul:
Mi abuela fue una de aquellas mozas que hacían queso en las cocinas de las casas, y aquellos quesos de entonces, en su inmensa mayoría sólo se elaboraban con leche de cabra y de oveja.
Elaborado con mezcla de leche cruda de oveja y leche cruda de cabra. Queso semigraso de pasta azul, fina corteza natural, de pasta color marfil y naturales motas verde azuladas de Penicillium.
Este queso azul de mezcla dos de leches, transmite rápidamente ese toque a caliza y a montaña de queso de los Picos de Europa. Es sabroso, intenso; de olor limpio, equilibrado y regusto prolongado que invita a comer más. Te apasionará.
Elaborado íntegramente con leche cruda de cabra. Es un queso semigraso, de fina corteza natural, de pasta color marfil y delicado veteado verde azulado.
Su sabor trae reminiscencias a aire de cueva. Es un queso impresionante, elegante, con carácter, de notas lácticas puras, rotundo; potente, de gran sabor y regusto armonioso. Revolución para las glándulas salivares.
Elaborado solo con leche cruda de oveja. Es un queso semigraso, de fina corteza natural, con mucho cuerpo, de pasta color marfil y sutil veteado azul-verdoso.
Su sabor recuerda a la montaña de donde vino, es un queso azul de oveja exquisito. Es aromático, seductor. El regusto es largo, delicioso, profundo e intenso. Todo goce.
El queso es uno de los productos más representativos de la gastronomía asturiana. Supone mucho más que un alimento pues aúna tradición, folclore, historia y saber popular.