Orígenes del queso. Historia de su aparición.

El origen. La historia de la necesidad de Historia.

A principios del año 2016, cuando en la Quesería artesanal El Cabriteru, comenzábamos a darle forma a nuestro proyecto, estábamos tan imbuidos en el universo quesero que nos entraron ganas de saber mucho, más, muchísimo más, sobre todo lo que englobaba el universo quesero.

Sobre los orígenes del queso, sobre su historia, sus maneras de elaboración, sus variedades, sobre las culturas que han influido en su desarrollo, sobre cómo se descubrió la fermentación de la leche, sobre las técnicas tradicionales que se han perdido, sobre las peculiaridades regionales de cada tipo de queso, sobre el impacto del tipo de leche en su sabor y textura, sobre la evolución del queso en la gastronomía a lo largo del tiempo, sobre las curiosidades relacionadas con su almacenamiento y maduración, sobre los diferentes métodos de cata…

Así que, movidos por esa curiosidad, comenzamos a buscar libros y a recopilar información sobre el tema.

El queso como valor universal excepcional

Este es el resumen de la amplísima información que reunimos sobre esos orígenes del queso y su historia hasta nuestros días.

Deseamos que su lectura os resulte ilustrativa y que llegando al final, coincidáis con nosotros en que el queso es uno de los manjares más antiguos y exquisitos del mundo que podría ser erigido a la categoría de “bien de la humanidad” pues su elaboración a lo largo de los siglos tiene una marcada tradición histórica y forma parte del legado y del rico patrimonio gastronómico-cultural de multitud de pueblos, provincias y países del mundo.

Y la leche se hizo queso... y habitó entre nosotros.

Orígenes del queso. Cuál es su historia

Orígenes del queso a nivel etimológico.

El término en castellano, y de otros idiomas que comparten etimología (Queso, queixo, fortmatge, queijo, fromage, formaggio, cheese, caise, käse, kaas…), proviene:

    1.  del latín Caesus-caesa-caesum que a su vez deriva de la frase latina carere suerum, que significa carece de suero;
    2.  y del vocablo latino “formaticus” del griego “fornos”, que era el nombre que se le daba a la cesta utilizada para separar el requesón del suero.
    3. Este término latino, a su vez, tiene una raíz indoeuropea *kwat– o *kwes-, que se relaciona con la acción de cuajar o coagular, un proceso fundamental en la elaboración del queso.

Tipos de queso.

¡La innovación quesera está en auge!

Desde los orígenes del queso, sus formas, tipos y maneras han ido evolucionando según las etapas históricas, las costumbres y las circunstancias geográficas, humanas y sociales de cada época.

Y así, hoy por hoy, tenemos quesos para todos los gustos:

  • quesos elaborados con leche de vaca, con leche de oveja, de cabra, de búfala, de camella, de cerda (oink) e incluso, el más caro del mundo, que se hace a partir de leche de burra (Queso Pulé).
  • hay quesos redondos, cuadrados, con forma de cono, colgados de una cuerda, con forma de bola, como saquitos, en forma de rulo, de estrella; quesos con forma de concha, quesos con forma de corazón…
  • según su maduración hablaremos de quesos blandos, quesos frescos, cremosos, semi-curados, curados, muy curados, quesos viejos, añejos…
  • los hay también con hierbas, con frutos secos, con especias, ahumados, con frutas, con pimentón, con tomate, con espinacas, con trufas, con flores, con pimienta, con jamón, con sirope de arce, tabasco, cenizas, hojas secas, con ajo, con aceitunas, con azafrán, al pesto verde, al vino, con coco, con ortigas, con hormigas, con chispas de oro…

 

¿Cuáles son los orígenes del queso, su historia y evolución hasta nuestros días? ¿Cuándo y dónde aparece?

El queso en la Prehistoria e Historia Antigua

Primeros animales domesticados

Los inicios de la domesticación de cabras y ovejas se remontan al año 11000 – 9000 a.C. (esta fecha varía mucho según las fuentes). Y se sitúan en Oriente Próximo, en las tierras denominadas comúnmente como “el creciente fértil”: aquellos territorios donde se desarrollaron las primeras civilizaciones. Esto es: Mesopotamia (actual Irak), Asia Menor (actual parte asiática de Turquía), Palestina y Egipto.

Basándonos en los estudios arqueológicos y en la antigüedad de los fósiles encontrados: la cabra fue el primer animal rumiante domesticado (que deriva de la Capra aegragus o cabra bezoar) y se hizo unos miles de años antes que la oveja (del Ovis orientalis o muflón asiático). Y aunque parezca sorprendente, la domesticación de la vaca no tendría lugar hasta el año 6500 a.C.

Es lógico pensar pues, que con la domesticación de estos animales llegara también su aprovechamiento múltiple:

  • carne y leche como alimento,
  • pelo y piel para ropas (después también para pergaminos),
  • pellejos y pieles para recipientes,
  • excrementos para combustible,
  • huesos y cornamentas para útiles, herramientas, etc.
Restos cerámica origen del queso
Reliquia cerámica encontrada en Polonia datada 7000 años a.C

Atendiendo a esto, es muy probable es que aquellos habitantes del neolítico, consiguieran transformar la leche de sus cabras y ovejas en queso aunque no tengamos testimonio escrito ni pictográfico de ello.

Lo que sí se han encontrado son restos de vasijas agujereadas (año 2012, Kuyavia, Polonia) datadas alrededor del año 7000 a.C., que pudieron haber sido utilizadas a modo de tamiz o colador para separar el suero del requesón a tenor de lo que revelan los restos de grasas de origen lácteo encontrados en los análisis de estos fragmentos de recipientes.

Diferentes teorías sobre el origen del queso

Orígenes del queso. Pastor neolítico

Imaginemos  aquel poblador neolítico que ordeña una mañana alguna de sus ovejas o cabras…

De repente oye un ruido detrás de un matorral y tanto él como la cabra/oveja huyen despavoridos. Pasados los días, con el calor le entra sed y esta sensación de sed es la que le hace recordar a nuestro protagonista, aquel cuenquito fabricado con piedra, con madera o con piel que había dejado olvidado en aquel ordeño interrumpido. No se lo piensa dos veces y regresa raudo y veloz a buscarlo. Su desconcierto sería mayúsculo al encontrar que la leche se había convertido en una especie de pasta grumosa.

Orígenes del queso. Familia nómada
pastores descubren asombrados el primer queso

O pensemos en aquel grupo semi-nómada que abasteciéndose de leche para un largo camino, utilizan como envase un odre (una bolsa que habían confeccionado ellos mismos a partir del estómago de un cabrito).

Con el vaivén y el traqueteo de la marcha, la leche se fue agitando dentro del odre, donde el cuajo, la enzima rennina presente en el estómago de los rumiantes, provocó que se separara el suero de la cuajada. El calor del desierto hizo el resto.

Qué sorpresa se llevarían cuando, sedientos, se encontraran aquella leche coagulada y de sabor agrio.

Revolución lacteo-neolítica

Sea como fuere, es muy probable que la primera cuajada láctea se generara espontáneamente, a partir de esa pequeña cantidad de leche olvidada, transportada y templada por las cálidas temperaturas.

Con la práctica, mejorarían tanto las técnicas como los resultados y así, la incorporación de este nuevo alimento a su dieta supuso también otra forma de “revolución neolítica”, ya que le permitió preservar los excedentes lácteos y constituyó un sustento muy útil para los largos viajes haciendo más manejable su transporte y su conservación. Se dotaba así de longevidad a un alimento hasta entonces perecedero.

"El queso es el salto de la leche hacia la inmortalidad"

Otras teorías sobre el origen del queso en épocas más tardías

Resulta curioso que a pesar los vestigios y reseñas queseras, haya también numerosas crónicas, fábulas y leyendas -para todos los gustos y creencias-, que, no se sabe bien porqué, posponen los orígenes del queso a épocas históricas mucho más tardías.

El pastor neolítico puede que fuera beduino, o un mercader árabe, o un comerciante egipcio, o un muchacho judío (según las diferentes versiones), que preparó algunas viandas para un viaje y guardó la leche en el ya mencionado odre.

Con el movimiento del caballo (domesticado en la zona de Eurasia en el año 3500 a.C.), la enzima del odre y el intenso calor dieron lugar al nacimiento del primer queso.

La tradición griega va mucho más allá, y habla de que fueron los dioses del Olimpo los que enseñaron a hacer queso a los humanos.

Las ninfas enseñaron a Aristeo (hijo del dios Apolo y la cazadora Cirene) artes como domesticar a las abejas y mantenerlas en colmenas, tratar a los olivos salvajes para que dieran aceitunas o cómo cuajar la leche para hacer queso.

Fue él quien instruyó a la humanidad en estas útiles técnicas, además de a construir trampas y a emplear redes. Aristeo se convirtió de este modo en venerado patrón del ganado, de los árboles frutales, de la caza, la agricultura y la apicultura. OjO, que hablamos ahora de unos pocos siglos antes de Cristo.

Orígenes del queso: Los Sumerios

Allá por el año 5000 a.C, los Sumerios, fueron los autores de las primeras formas de expresión escrita (escritura cuneiforme) y dejaron constancia de sus conocimientos queseros en poemas:

ej. “El debate entre el Verano y el Invierno”:“…Yo le daría a él, el labrador, mi queso de miel en cambio; Si él me diese sus habichuelas, Yo le daría a él, el labrador, mis quesitos en cambio…”.

Friso de La Lechería grabado en piedra escenas de granja

Y en elementos arquitectónicos, por ejemplo, “El friso de la lechería” -año 2500 a.C, Museo Nacional de Irak, Bagdad-. Este es un relieve costumbrista que muestra gráficamente los orígenes del queso donde se muestra gráficamente un trabajo de elaboración quesera.

También encontramos representado el ordeño de una cabra en un sello elamita (en el actual suroeste de Irán) datado en el 2500 a.C.

Estos sellos eran fabricados por los escribas y consistían en diseños aplicados sobre arcilla blanda, que se dejaban secar y después se utilizaban en las tablillas de arcilla contables de un templo, un almacén, como inventario del ganado recibido para el sacrificio o para realizar listas de salarios.

sello elamita primera representación gráfica del ordeño

Esta recreación del ordeño de una cabra simboliza la importancia de la ganadería y la producción de leche como recurso esencial para la subsistencia y el comercio, indicando un avance en la contabilidad y gestión de recursos.

El queso como artículo habitual de trueque desde la antigüedad
código legal table de arcilla escritura cuneiforme de Mesopotamia

Encontramos otra referencia interesante en una de las primeros textos jurídicos que se conocen, el Código legal de Lipit Ishtar, gobernante de la ciudad-estado de Isín (año 2100 a.C.). En el que se indica a qué precio se puede vender el queso.

El hecho de que el queso fuera un producto regulado indica que había una demanda significativa en el mercado, lo que a su vez refleja una cultura agrícola y ganadera avanzada. Esto evidencia la importancia de los lácteos en las prácticas de trueque y comercio, lo que contribuía a la cohesión social y económica de la comunidad. 

Orígenes del queso en Egipto

La dieta egipcia difería ya mucho según se fuera rico, menos rico o pobre: se basaba en verduras, legumbres y hortalizas, pan, cereales, huevos (de gallina, de avestruz, de cocodrilo, de tortuga y de lagarto), pato, higos, dátiles, etc.

A la leche le atribuyeron cualidades cuasidivinas y le dieron distintos usos. Se utilizó como medicamento o como uso cosmético (por ejemplo, la utilizaban para peinarse y, qué sería de la (falsa)* historia de Egipto sin Cleopatra y sus baños en leche de burra).

elaboración de queso en el Antiguo EgiptoAntiguo Egipto y queso
Antiguo Egipto y elaboración de queso

A los egipcios les encantaba el queso. Así lo atestiguan sus relieves, pinturas o recetas, y lo elaboraban, además de con leche de ovejas y cabras, con leche de burra o de camella.

Se han descubierto restos de lo que podría haber sido queso o mantequilla en múltiples enterramientos a modo de ofrendas funerarias.

domesticación animales Egipto

Orígenes del queso en la Antigua Grecia

La cultura griega valoraba la moderación y el equilibrio, lo que se reflejaba en su enfoque hacia la comida. La filosofía de vida, particularmente en el caso de los estoicos, promovía una alimentación simple y sin excesos. Aunque achaquemos a esta época banquetes fastuosos y celebraciones, no eran lo habitual. La vida cotidiana, según autores como Homero o Hesíodo, estaba marcada por comidas más simples y humildes.

La tríada de trigo, vid y olivo refleja no solo la base alimentaria de la época, sino también las prácticas agrícolas y culturales que han perdurado a lo largo de los siglos como base de la auténtica dieta mediterránea.

¿Qué comían los antiguos griegos?

  • tomaban cereales (cebada y trigo);
  • leche cuajada con fruta (eran entusiastas de los higos -frescos o secos-);
  • queso (en esta época aún exclusivamente de leche de ganado ovino o caprino);
  • nueces y uvas con miel;
  • legumbres o aceitunas;
  • galletas de avena con queso blanco;
  • una amplia variedad de verduras, cebollas y ajo;
  • carne y pescado -no en gran cantidad- y según las zonas;
  • y vino. Eso sí que sí. Mucho vino.

El queso era un alimento muy integrado y de alta estima en los menús de esta época al ser una fuente rica de proteínas y calcio que completaba la dieta y contribuía al bienestar de la población.

  • Se fabricaban quesos especiales para los reyes y para los soldados y constituyó un alimento esencial en épocas de batalla o en el sitio de ciudades o para quienes trabajaban en el campo o en el mar.
  • Existían diversas variedades: frescos o curados, como el feta, que ha llegado hasta nuestros días y que variaba en su elaboración según la región y tipo de leche.
  • Los griegos enriquecieron las técnicas del cuajado y el curado de los quesos. Por ejemplo, descubrieron que el látex de los higos (esa gotita blanquecina que emana del tallo de un higo recién cortado), era otra manera muy efectiva para cuajar la leche.
  • El queso era también utilizado en rituales religiosos y sacrificios. Lo que refleja su importancia en la vida espiritual y cultural.

Su tradición quesera impactó la gastronomía mediterránea, influyendo en la producción de quesos en otras culturas

El libro “Odisea” de Homero (siglo VIII a.C.), recoge interesantes referencias al queso y a la leche: 

“Fui […] a Libia, donde los corderitos echan
cuernos muy pronto y las ovejas paren tres veces en un año. Allí nunca les faltan, ni al amo
ni al pastor, ni queso, ni carnes, ni dulce leche, pues las ovejas están en disposición de ser
ordeñadas en cualquier tiempo”.

“Pronto llegamos a la gruta; mas no dimos con él, porque estaba apacentando las pingües ovejas. Entramos y nos pusimos a contemplar con admiración y una por una todas las cosas; había zarzos cargados de quesos; los establos rebosaban de corderos y cabritos, hallándose encerrado, separadamente los mayores, los medianos y los recentales; y goteaba el suero de todas las vasijas, tarros y barreños, de que se servía para ordeñar. Los compañeros empezaron a suplicarme que nos  apoderásemos de algunos quesos y nos fuéramos”.

“Confeccionó un potaje de queso, harina y miel fresca con vino de Pramnio, y echó en él drogas perniciosas para que los míos olvidaran por entero la tierra patria”.

“Se quedaron huérfanas en el palacio y entonces criólas la diosa Afrodita con queso, dulce miel y suave vino”.

Orígenes del queso en la Roma Antigua

una mujer elabora queso en la Antigua Roma

Los usos y costumbres de los antiguos romanos, se vieron siempre muy influenciados por la cultura griega e importaron también esa ideología de comida ligera, de la conocida como “dieta espartana”.

Así, en los albores de su civilización, los romanos “comían para alimentarse”. Quiero decir, su dieta era parca y moderada por aquel entonces.

Un plato emblemático era el “melas zomos”, una especie de sopa de sangre de cerdo, vino y vísceras, que simbolizaba su estilo de vida austero y militar. También comían gachas -pulmentum-, pan, huevos, sopas, hortalizas y verduras, aceitunas, frutas (a estos también les pirraban los higos); poca carne, pescado en la costa y también queso, claro. Lo tomaban aromatizado con hierbas, con miel, con nueces, piñones y con otros frutos secos.

Vino y queso saben a beso

Sin embargo, años después, con el crecimiento y el desarrollo del comercio a finales del siglo III a.C., los romanos olvidaron la mesura y dieron paso a la glotonería, a la sin-medida, al despilfarro y a la ostentación.

¡Aquellos sí que tomaron vino!

Las referencias al o sobre el queso se cuentan por decenas en los capítulos y versículos de la Biblia.

Según los escritos de múltiples autores de esta vasta etapa de la historia (del año 753 a.C. al año 476 d. C. / 1453 d.C.), comprobamos que ya hay quesos con nombre propio:

  • Plinio el Viejo, “Historia Natural”, año 77 d. C.). “En Roma, en donde se conocen de primera mano los buenos productos de todos los pueblos, se aprecia sobre todo el queso que procede de las provincias de Nemauso, de Lesura y de las aldeas de los gábales, pero dura poco y se recomienda solamente cuando es fresco. Los Alpes dan a conocer la calidad de sus pastos por dos tipos de quesos: los dálmaticos envían el docleate, los ceutrónicos, el vatúsico. La mayor variedad de quesos está en el Apenino: éste envía desde Liguria el cebano, elaborado en su mayor parte de leche de oveja; desde Umbria el sasinate y desde la frontera común de Etruria y Liguria, el luniense notable por su tamaño, puesto que sobrepasan en peso incluso las mil libras cada uno. Muy cerca de Roma se fabrica el vestino, y éste es apreciadísismo si procede de la campiña Cedida; además su reputación reside en que procede de rebaños de cabras, sobre todo si se aumenta su sabor ahumándolo cuando es reciente: tal cual se prepara en la propia Roma, es preferible a todos los demás; el sabor del de las Galias es fuerte como el de un medicamento. Del otro lado del mar, sin embargo, el queso de Bitinia es generalmente el que se lleva la fama. Que hay sal en el forraje, se comprende precisamente por el hecho de que todo queso añejo tiene sal, incluso cuando no se le ha echado; así como es cierto que los quesos macerados en vinagre y tomillo recobran el sabor a queso fresco. Cuentan que Zoroastro vivió en el desierto durante veinte años a base de un queso preparado de tal manera que no experimentaba los efectos de la edad”.
  • Brie (Carlomagno, 760 d. C.);
  • Gorgonzola, (año 879 d. C.)
    y otros muchos menos conocidos ligados a zonas geográficas determinadas.

La aportación de los romanos al universo quesero fue muy relevante:

  • el “caseus” era el término general para el queso, pero había variedades específicas como el “caseus viridis”, que era un queso fresco, y el “caseus durus”, que era un queso curado y más duro;
  • dominaron los métodos del cuajado (también con flor de cardo -porque, seamos serios, los cabritos eran más rentables vivos-);
  • perfeccionaron el prensado y desarrollaron diferentes formas de curado y aromatizado de los quesos;
  • conocían y empleaban la técnica de ahumar los quesos, lavarlos con agua de mar o utilizar hierbas aromáticas en los recipientes donde reposaban;
  • en el ámbito religioso, el queso era utilizado para hacer los panecillos de sacrificio (liba), que se ofrecían a los dioses como parte de ceremonias de agradecimiento y súplica;
  • el queso se empleaba también en la preparación de numerosas salsas y postres, como los globi, deliciosos buñuelos de queso con espelta, fritos y untados con miel, espolvoreados con semillas de amapola, que deleitaban a los comensales en banquetes y festividades.
mosaico Roma Antigua recreando un banquete
quesos en la Antigua Roma

Los romanos convirtieron el queso en un negocio próspero, estableciendo redes de comercio que permitieron la difusión de sus técnicas y productos queseros a lo largo de sus territorios.

Esto no solo impulsó la economía local, sino que también sentó las bases para la rica tradición quesera que se desarrollaría en Europa a lo largo de los siglos.

Evolución del queso en la Edad Media

La Edad Media, periodo que abarca desde la caída del último emperador romano, Rómulo Augusto, en el 476 d.C., hasta el descubrimiento de América en 1492, fue un tiempo de cambios, conquistas y, por supuesto, de deliciosas comidas. Y sí, en el corazón de la gastronomía medieval, encontramos al queso, un alimento que ha sabido adaptarse y evolucionar a lo largo de los siglos.

Un contexto de transformaciones

Imagina un mundo en constante movimiento, con invasiones de reinos germánicos como los visigodos, ostrogodos, francos y anglosajones que traían consigo no solo espadas y escudos, sino también nuevas costumbres y sabores.

Este intercambio cultural fue fundamental para el desarrollo de la producción quesera. Civilizaciones como los romanos, celtas y griegos, con sus tradiciones queseras, comenzaron a combinarse con las prácticas de estos nuevos pobladores. Así, el queso se convirtió en un símbolo de esta rica mezcla de culturas, desde los monjes que perfeccionaban sus recetas en los monasterios hasta los campesinos que descubrían nuevas formas de curar y conservar la leche.

Tacuinum Sanitatis imagen queso en la Edad Media
Tacuinum Sanitatis ordeño y elaboración de queso en la Edad Media

Durante la Edad Media, cada región de Europa desarrolló sus propias variedades de queso. En Francia, por ejemplo, el queso de cabra comenzó a hacerse popular, mientras que en Italia, el Parmigiano-Reggiano ya empezaba a ganar notoriedad. En Inglaterra, el cheddar se estaba gestando, aunque su fama llegaría más tarde.

Las técnicas de elaboración variaban, desde la pasteurización rudimentaria hasta el uso de cuajos naturales, lo que daba como resultado quesos con diferentes texturas y sabores.

Fabricación de queso en la Edad Media
Haciendo queso en la Edad Media

Queso y clases sociales en la Edad Media

El estatus social influía enormemente en el consumo de queso:

  • Los nobles disfrutaban de quesos finos y curados, mientras que los campesinos se contentaban con variedades más simples y menos elaboradas.
  • En los banquetes de la aristocracia, el queso era un plato imprescindible, servido junto a frutas y panes, una muestra de opulencia y refinamiento.
  • En contraste, los campesinos utilizaban el queso como una fuente vital de proteínas, transformando la leche de sus animales en un alimento duradero que podía ser almacenado durante el invierno.

El comercio y las rutas de intercambio de la Edad Media también jugaron un papel crucial en la evolución del queso:

  • Las especias traídas de Oriente, como el clavo y la pimienta, comenzaron a incorporarse en la elaboración del queso, creando combinaciones de sabores que deleitaban a los paladares medievales.
  • Las ferias y mercados eran el escenario perfecto para que los productores de queso compartieran sus creaciones, intercambiando no solo productos, sino también recetas y técnicas. Así, el queso se convirtió en un símbolo de la diversidad gastronómica que caracterizaba a Europa en ese tiempo.
  • Con el crecimiento demográfico y el auge del feudalismo, el queso se adaptó a las necesidades de la población. La trashumancia, por ejemplo, permitió que los pastores llevaran sus rebaños a nuevos pastos, lo que también influyó en la producción de quesos en diferentes regiones.
  • La movilidad de las comunidades y el intercambio entre ellas llevaron a una rica variedad de estilos y sabores, convirtiendo al queso en un alimento versátil y esencial para la dieta medieval.

Consumo de lácteos en la Edad Media

En cuanto al consumo de lácteos, tomar leche fresca durante la Edad Media era menos habitual, principalmente debido a la falta de métodos de conservación, lo que hacía que la producción de queso y otros derivados lácteos fuese más práctica y segura.

La mantequilla, elaborada a partir de la crema de la leche, era un ingrediente común en la cocina medieval. Se utilizaba para cocinar y untar, y su producción se llevaba a cabo principalmente en el hogar, especialmente en zonas rurales. La ventaja de la mantequilla sobre la leche, al igual que el queso, es que podía conservarse durante más tiempo, sobre todo si se salaba.

En algunas regiones, se consumían productos lácteos fermentados, como el yogur y la cuajada. Que servían como remedios naturales para tratar malestares estomacales.

lácteos queso y mantequilla en la Edad Media

Lo de no tomar mucha leche no creo que les diera pena pues, para beber-beber, preferían vino en abundancia y ¡cerveza!

La cerveza fue una bebida muy demandada entre las clases trabajadoras, por cuestión de disponibilidad y economía. Por un lado, resolvía el problema de la insalubridad del agua y, por otro, podía ser elaborada localmente, mientras que el vino era más común en regiones vitivinícolas.

Influencia de la religión en la alimentación de la Edad Media

Educar el cuerpo y endurecer el espíritu eran motivaciones que llevaban los miembros de las órdenes religiosas católicas a adoptar una estricta disciplina en su alimentación y a practicar una moderación rigurosa. La frugalidad en la dieta, complementada por la oración y la penitencia, se convertía en herramientas esenciales para alcanzar un mayor nivel espiritual. En este marco, surgió y se consolidó la Regla de San Benito de Nursia, o Regla benedictina, que desde el siglo VI d.C. definió el modo de vida en numerosos monasterios europeos, estableciendo un marco normativo que moldeó el monacato y las órdenes religiosas tal como los conocemos hoy en día.

Ora et labora

Se establecían dos comidas diarias que incluían sopas, verduras, raíces, legumbres, queso, huevos y frutas de temporada.

La carne estaba reservada únicamente para aquellos que se encontraban enfermos o necesitaban recuperar energía. En según qué sitios, se incluía pescado y carne de caza, pero siempre en cantidades limitadas.

  • la elaboración de los quesos se sitúa en los pueblos de pastores y en los monasterios y abadías, que idean nuevas fórmulas, formas y métodos de elaboración (ej. moldes de cobre; técnicas de prensado; la creación de condiciones controladas para la maduración de los quesos, como cavas o cuevas, donde la temperatura y la humedad se mantenían adecuadas para favorecer el desarrollo de sabores y texturas específicos; algunas recetas medievales incluían ingredientes como ajo, pimientos o incluso vino; se comenzaron a implementar medidas de higiene en la producción de queso, algo que se volvía cada vez más importante para garantizar la calidad y la seguridad alimentaria).
  • el hecho de que el cerdo se considerara un animal impuro en las religiones musulmanas y judías, hizo que la utilización de su carne y la elaboración de embutidos fuera cuestión de cristianos.
  • el ayuno y la vigilia cristiana -en Cuaresma, viernes, muchos miércoles, sábados y otras festividades-, era aplicable tanto a la carne como a grasas lácteas (queso y mantequilla).

Por supuesto que ya se sabe que “quien hace la ley…” y el pago de dispensas o bulas -para saltarse el ayuno y poder comer lo que se deseara-, era habitual, y servía, además, para engrosar las arcas de la Iglesia.

portada libro Nodicia de Kesos
Nodicia de Kesos

Es reseñable un testimonio en letra visigótica -del año 980 d. C.- escrito por un monje encargado de la despensa del Monasterio de los Santos Justo y Pastor (La Rozuela, León), bautizado con el nombre Nodicia de Kesos, sobre quesos entregados a unas y otras personas, tal vez como pago de alguna obra o trabajo.

Quesos y trashumancia

En todos los libros de la época que recogen alguna entrada sobre trashumancia, peregrinos y el Camino de Santiago (final s. IX). Se habla también de la rica variedad de quesos que inunda toda la cornisa cantábrica y otras zonas (quesos gallegos, asturianos, cántabros, castellanos, vascos, navarros y aragoneses, empiezan a tener nombre propio).

Gonzalo de Berceo, en el s.XIII, hace referencia a los “quesos cameos” (o cameros), de La Rioja, en una de sus obras.

 

Notorias referencias encontramos también en otras fuentes sobre los quesos del mundo andalusí, de la parte mediterránea o de la meseta central.

 

Lo que está claro es que en esta época, el queso es un alimento estrella:

 

sus virtudes son veneradas por los entendidos,

su elaboración adquiere categoría social,

se convierte en artículo demandado en mercados y ferias

se instaura como moneda de pago de impuestos (diezmos), ¡y de dotes!

Tacuinum Sanitatis

Haremos una especial mención del “Tacuinum Sanitatis”. Unos códices que se escribieron en el norte de Italia entre los años 1380 y 1400 tomando de base la obra del médico árabe del siglo XI Ibn Butlan, quien a su vez se inspiró en los tratados hipocráticos griegos de los s. V y IV a.C..

 

El Tacunium Snitatis, estilosamente manuscrito, versaba sobre salud y bienestar y tenía, además, preciosos dibujos a los que acompañan explicaciones o consejos acerca de los beneficios y los perjuicios de los alimentos y las plantas, así como apartados con recomendaciones sobre el ejercicio, el descanso o la salud mental.

 

En él se dedican varios capítulos a la elaboración del queso, el requesón, el queso fresco, el trabajo de los artesanos queseros, el ordeño y la leche dulce.

 

Sin duda alguna, esto nos permite hacernos a la idea de la gran importancia que el queso y su elaboración tenían en la alimentación y en la sociedad de esta primera etapa de la Edad Media.

 

 

 

El queso fue un alimento esencial en época de hambrunas

En los años centrales y finales de la Edad Media tuvo lugar una importante retroceso y empeoramiento de las condiciones de vida, provocado por las malas cosechas, las hambrunas, las largas guerras y las epidemias.

 

En estos años de escasez, el queso fue un alimento esencial.

 

 

 

El Queso en la Edad Moderna

el queso en el escubrimiento de América

 

Recordemos -con un guiño-, que el descubrimiento de América en realidad fue un viaje promovido por motivos gastronómicos ya que realmente lo que se pretendía era llegar a “las Indias” por un camino diferente en busca de especias.

 

¡Cuánta importancia adquirió el queso a la hora de alimentar navegantes!

 

Esta expedición marca el inicio del período conocido como la Edad Moderna, una etapa de nuevo esplendor cultural, intelectual, filosófico, político, literario, artístico, científico-tecnológico y del refinamiento y la sofisticación culinaria.

 

Los nuevos ingredientes traídos de América enriquecieron la cocina

En este campo, las influencias de distintas culturas marcaron el son de este resurgir:

 

con los nuevos ingredientes se diversificaron las recetas,

se refinaron las formas en la mesa,

tomó importancia el control de calidad de los ingredientes,

la elaboración de los platos fue más cuidada y creativa

y el trabajo del cocinero se convierte en arte.

El mundo del queso vive una nueva etapa de expansión y de enriquecimiento

Las actividades comerciales vuelven a estar en auge. Con la exportación y la llegada de distintos alimentos e ingredientes desde otras partes del mundo se enriqueció la gastronomía:

 

del nuevo continente llegaron la patata, tomate, frijoles, calabaza, maíz, piña, cacao, chocolate o pavo

de oriente llegaron el helado, el té y las exóticas especias llegaron de oriente; el café,

desde África llegó el melón y la sandía.

Con la mejora de la economía los núcleos urbanos retoman importancia.

 

Vuelven las ferias y los mercados, aparecen las primeras conservas domésticas de frutas, la mejora del transporte favoreció el comercio y los quesos con nombre propio están en apogeo: Gorgonzola (IT), Roquefort (FR), Grana (IT), Époisses (FR), Beaufort (FR), Brie (FR), Camembert (FR), Cheddar (UK), Cruyére (SW), Limburguer (BG), Appenzeller (SW),Maroilles (FR) , Mozzarella (IT), Parmesano (IT), Comté (FR), Gloucester (UK).

 

Antiguas referencias a quesos españoles en esta época

En España el queso de Tronchón (Teruel) aparece en más de un episodio de El Quijote;

aparece también el nombre del queso Casín (Asturias), según atestiguan los documentos “bonos quesos assaderos”;

queso Roncal (Navarra), Cebreiro (Galicia), Afuega´l pitu (Asturias), Casar (Cáceres), etc.

 

 

Evolución del queso en la época Contemporánea

La Revolución Francesa (1789) dio paso a la Edad Contemporánea y supuso un nuevo orden social: ilustración, burguesía, capitalismo, liberalismo, democracia, industrialización, impulso de la ciencia, y un largo etcétera.

 

El universo gastronómico vivió un avance sin igual, gracias a numerosos avances científico-técnicos: el desarrollo de la maquinaria agrícola, la selección de las especies vegetales y animales más productivas, significó un cambio radical en la producción de alimentos.

 

En el año 1810 el frances Nicolás Appert desarrolla un método de conservación de alimentos (colocándolos en botellas de vidrio, calentadas al baño maría y selladas con tapón fijado con alambres y sellado con cera) que será conocido como la “appertización” y que con el tiempo daría origen a las primeras fábricas de enlatado de alimentos.

En el año 1814 el francés Louis Pasteur lleva a cabo la primera pasteurización: proceso por el que se calienta un producto alimenticio sin llegar a su punto de ebullición, con el fin de eliminar los elementos patógenos que pudiera contener. Esto tuvo gran importancia en el sector lácteo, vinícola y cervecero de la época.

Se fabrican las primeras máquinas frigoríficas y de congelación y se promulgan leyes contra el fraude alimentario (por ejemplo, hubo un tiempo en el que a la leche se le añadía tiza y/o cal diluida en agua para obtener mayor cantidad de producto).

 

 

 

 

(CONTINUARÁ. PRÓXIMAMENTE COMPLETAREMOS ESTA ENTRADA SOBRE LA HISTORIA Y LOS ORÍGENES DEL QUESO.)

Si has llegado hasta aquí, habrás podido comprobar cómo el QUESO -¡se ha ganado las mayúsculas!- es un tesoro exQuisito de la humanidad. El que se elabora y se consume en la actualidad es resultado de costumbres milenarias y tradiciones ancestrales.

 

¡EL INGREDIENTE SECRETO SIEMPRE ES QUESO! DISFRUTÉMOSLO.

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

No se hace queso de los animales que tienen dientes arriba y abajo (en ambas mandíbulas), porque su leche no cuaja. La leche más fina es la de las camellas, después la de las yeguas, la más espesa
515 Explicación detallada en A r is t., HA II 13, 504b21-26. Cf. asimismo, C a p p o n i , L ’anat…, págs. 210-211.
516 Cf. A rist., HA III 20, 521b22 ss. y VI 12, 567al -2.
517 Es decir, no tiene valor nutritivo.
518 Cf. A rist., HA Vil 11, 578M9-22. Lo más probable es que tanto
Plinio como su fuente estén señalando con esta expresión la situación de
las glándulas mamarias y no el lugar especifico por donde brota la leche.
Cf. Capponi> L ‘anat…, pág. 212.
519 Cf. A rist., HA VI 20, 575M0-12. La explicación estaría, según
apunta Ca pp o n i en L ’anat…, pág. 213, en la altísima concentración de
proteínas del calostro, que al contacto con el aire tendería a solidificarse.
520 Enfermedad no identificada. Cf. Ca ppo n i, L ’anatomia…, pág. 213.
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es la de la burra521 hasta el punto de que usan de ella en lugar
de cuajo. Se piensa que contribuye también en alguna medida a 238
la blancura de la piel de las mujeres. Ciertamente Popea522, esposa de Domicio Nerón, que llevaba consigo a todas partes
quinientas burras preñadas, suavizaba todo su cuerpo con esa
famosa leche en una bañera, pensando que también su piel se
hacía más tersa. Cualquier cíase de leche se espesa con el calor
y fermenta523 con la humedad. La leche de vaca produce más
queso que la de cabra, de una misma cantidad sale casi el doble.
Los animales que tienen más de cuatro mamas, no sirven para
fabricar queso, y los más valiosos son los que tienen dos.
Es muy alabado el cuajo del cervatillo, de la liebre y del 239
cabrito, pero, el mejor lo es sobre todo el del dasípodo524,
porque además cura la diarrea, el único entre los animales
que tienen dientes arriba y abajo525. Es curioso que los pueblos bárbaros, que viven de leche, ignoren o desprecien
desde hace tantos siglos las cualidades del queso, mientras
que espesan la leche, por el contrario, en un producto de una
acidez agradable526 y en una mantequilla grasa; ésta es una
espuma más gruesa y más dúctil que lo que llaman suero.
No debe omitirse que en ella reside là virtud del aceite y
que, por eso, todos los bárbaros y nuestros niños se untan
con ella52

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo. De la pradera ullamco qué dise usteer está la cosa muy malar.

Atendiendo a esto, es muy probable que aquellos habitantes del neolítico, consiguieran transformar la leche de sus cabras y ovejas en queso aunque no tengamos testimonio escrito ni pictográfico de ello.